El gigante sudamericano avanza en la mutación demográfica hacia el envejecimiento observado en países europeos, en los cuales un 21% de sus habitantes tiene más de 65 años. En 12 años, la proporción de ancianos pasó de 14 millones a 22 millones de habitantes. En unos 20 años, la población estará envejecida.
Osvaldo Cardosa
El cambio ha sido drástico puesto que la cifra anterior era aún menor en 1980: un 4% de los nacionales tenía 65 años o más. Hoy, el total de jóvenes hasta 14 años se ha reducido en 5,8 millones de individuos. En el censo anterior, sumaban un 24,1% de la población.
Por eso se dice que Brasil está más viejo, figura en la categoría de países con ancianidad moderada, en la que las tasas de fecundidad y mortalidad bajan fuertemente.
Actualmente se mantiene una proporción importante de jóvenes, pero el segmento de personas mayores aumenta. Datos del Censo de 2022 revelaron que la proporción de longevos con 65 años o más alcanzó la marca del 10,9%, mientras que la de niños y jóvenes, hasta 14 años, se desplomó para un 19,8%.
“El envejecimiento de la población en Brasil caracteriza la actual y significativa transición demográfica, y dos son las razones principales”, afirma el profesor Marcio Pochmann, presidente del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Explica que “la caída en la tasa de fecundidad de las mujeres hace aumentar la tasa de dependencia del total de la población anciana (60 años o más de edad) cuando se relaciona con el conjunto de los niños y adolescentes (menos de 14 años)”.
Por otro lado, añade, “la elevación en la expectativa media de vida de los brasileños resulta de la caída en la tasa de mortalidad, indicando cuánto más vive la población”.
En el caso del desplome de la fecundidad, estadísticas del IBGE lo atribuyen a la mayor escolarización de las mujeres. Desde la década de 1960, el acceso a la educación se amplió con la masificación de la enseñanza universitaria. Además, ocurrió la diseminación de métodos anticonceptivos, como la píldora, y las mujeres pasaron a aplazar la maternidad.
La fecundidad fue de 6,28 hijos por mujer en 1960, a 1,9 en 2010, y 1,76 en 2021. En 50 años, la caída de esa tasa fue del 70%, según el instituto.
Envejecimiento y secuelas
Entre las principales consecuencias económicas del envejecimiento de la población, aparecen los cambios en el mercado laboral (reducción del crecimiento o incluso disminución de la oferta de trabajadores) y su impacto en el crecimiento económico.
Una sociedad envejecida apunta a cierta gerontocracia, en una desestructuración social, en un alud en las tasas de productividad y progreso, lo cual suscita dudas en términos de sostenibilidad del desarrollo.
El envejecimiento trae problemas como la posibilidad de faltar jóvenes en el mercado de trabajo, lo cual eleva incluso el costo de la mano de obra generando problemas económicos y la subida en los costos de la previsión social y gastos en salud.
El envejecimiento presupone impulsar la economía de los cuidados y de calidad de vida, sobre todo para quienes llegan a los 60 años y pasan a ser adultos mayores. El envejecimiento es un fenómeno general en la población brasileña, aunque marcado por inmensas desigualdades.
“Las personas blancas viven más y mejor que las no blancas. También la esperanza de vida para las mujeres es superior a la de los hombres”, reconoce, y agrega: “Las mujeres tienen cromosomas XX con más genes para prolongar la vida más que los hombres, en general, la calidad de vida y la incidencia de muertes violentas contribuyen a explicar por qué ellos tienden a vivir menos que las féminas”.
Las políticas públicas de empleo para las personas de edad avanzada pueden mitigar los efectos negativos del envejecimiento sobre el mercado laboral y permitir la permanencia y reinserción de los ancianos en el mercado laboral brasileño.
Algunos especialistas abogan, entre otras iniciativas, tener una mayor planificación familiar, ascendentes inversiones en los servicios de previsión, mejores políticas de asistencia social y de ayuda a las personas mayores.
De igual manera, incluir a ciudadanos de edad avanzada en el mercado laboral adaptado, generar renta al anciano e instalar una adecuada política de prevención de enfermedades.PL
(Fotos: Pixabay)