Una candidatura de 105 personas a cargos en el partido Morena, fundado por Andrés Manuel López Obrador que renovará su presidencia y secretaría general, rompe todos los récord en México en este tipo de evento.
La situación expresa la división interna del partido mayoritario de México que se comporta más como movimiento de masas que organización política, según opiniones de algunos de sus líderes como Yeidckol Polevnsky.
De acuerdo con el corte final del Instituto Nacional Electoral (INE), 51 aspirantes buscan la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y 54 la secretaría general.
La lista es tan exagerada que el INE aplicará el método de dos encuestas ya que los lineamientos del proceso señalan que en caso de haber más de seis aspirantes por cargo, se deberá hacer de manera previa una consulta de reconocimiento para reducir la lista a solo seis nombres.
El número de candidatos obliga al INE a crear un grupo de expertos para definir el marco metodológico y alcance de la encuesta de reconocimiento, que se aplicará del 16 al 22 de este mes para el 23 iniciar la encuesta abierta a la población con seis candidatos por cargo, que se desarrollará del 26 de septiembre al 2 de octubre. Los resultados se darán a conocer dos días al partido el 4 de octubre.
Se sabe que de ese gran total de aspirantes los que finalmente estarán en liza son Yeidckol Polevnsky, Mario Delgado Carrillo, Alejandro Rojas Díaz Durán, Porfirio Muñoz Ledo, Lazo de la Vega y Gibrán Ramírez Reyes para la presidencia.
Son, además, los dirigentes que encabezan las seis facciones principales en las que se ha dividido internamente Morena, aunque todos se agrupan, según declaran, alrededor de su líder López Obrador, y aseguran que las tendencias no agrietan el monolito de la organización frente a la oposición política.
Las pugnas principales o más visibles la lideran Polevnsky, Bertha Luján, Delgado, Rojas Díaz y el senador Ricardo Monreal.
Lo cierto es que su proyección al exterior da una visión muy distinta por las acusaciones mutuas de arribismo y otros epítetos derivados de que una gran parte de dirigentes y legisladores provienen de partidos políticos tradicionales como el Revolucionario Democrático (PRD) y Revolucionario Institucional (PRI), lo cual no es extraño.
Las luchas internas se iniciaron en 2019 cuando se celebró la renovación de la dirigencia nacional en medio de acusaciones sobre irregularidades en el padrón y otras denuncias. Los candidatos fueron entonces Yeidckol Polevnsky -quien ocupaba el cargo desde 2016-, Bertha Luján, Mario Delgado y Alejandro Rojas quienes encabezan las tendencias principales de Morena.
Debido a presuntas irregularidades en el proceso, el 30 de octubre el Tribunal Electoral anuló la convocatoria al III Congreso Nacional de Morena, con el que se renovaría la dirigencia y estableció que el padrón del partido no resultaba confiable para el proceso interno como había denunciado Yeidckol.
Pero tampoco aceptó solo permitir participar a quienes se afiliaron antes del 20 de noviembre de 2017, es decir, al núcleo originario o fundacional del movimiento.
En respuesta, Morena acordó establecer una presidencia transitoria del CEN en un VI Congreso Nacional Extraordinario muy cuestionado, pero avalado por el tribunal donde se eligió a Alfonso Ramírez Cuéllar como presidente provisional y adversario de Yeidckol, quien lo desconoció. (PL)