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Conservatismo, compasión, cálculo y Covid: estado final de la humanidad

Marcus Rashford, futbolista del Manchester United, causó un escándalo político cuando desafió con éxito al gobierno para que ampliara las comidas escolares gratuitas a las vacaciones de verano.

 

Steve Latham

 

Inicialmente, se negaron, pero la oleada de apoyo popular les obligó a reconsiderar la idea. Como reconocimiento, Rashford fue premiado con un MBE en la lista de honores anual br itánica.

Sin embargo, los Tories se niegan ahora a continuar con el plan durante las frías vacaciones de invierno. Así que Rashford vuelve a dirigir una campaña para cambiar su opinión.

A pesar de la repetición del respaldo popular a su demanda, parece que esta vez los conservadores se mantienen firmes.

Un portavoz del gobierno señaló en la radio que, aunque a todos les importa la pobreza infantil, solo están en desacuerdo en lo que respecta a los medios para abordarla.

Sonaba sumamente razonable. Pero el problema es la ‘razón’: la cabeza versus el corazón. Nadie cree que los Tories tengan un corazón genuino para los pobres.

Sin embargo, algunos diputados piden al Primer Ministro que lo reconsidere. Aunque, si esto es compasión o cálculo, es cuestionable.

Pueden que simplemente tengan miedo de perder ventaja electoral en los distritos del norte, donde ganaron al Partido Laborista en las elecciones, si ignoran el flujo de preocupación.

Porque esta pandemia no solo está despertando la atención, sino también el cinismo. Slavoj Žižek, el filósofo comunista, por ejemplo, ha admitido recientemente que la vida no tiene un significado último.

¡En “The incontinence of the void” y “Pandemic!”, su libro sobre la crisis, Žižek ha seguido su lógica psicoterapéutica lacaniana hasta su conclusión.

No hay un “Gran Otro”: ni Dios, ni ninguna explicación final para el universo. Todo es contingente. Creamos nuestro propio significado a través de la lucha por la existencia.

Para ser coherente, por supuesto, tampoco existe un concepto absolutista de “justicia”, en cuyo nombre protestar, solo un conflicto de clases continuo.

El nihilismo tardío de Žižek se ejemplifica con su apoyo, en “Pandemic!”, de las píldoras suicidas en caso de enfermedad terminal durante la Covid: la eutanasia como la supervivencia atea del más apto.

A través de la preocupación “desnuda” por la supervivencia frente al Coronavirus, Žižek espera que surja una humanidad mejor, un “nuevo comunismo”. Teme que lo contrario sea una nueva “barbarie”.

Sin embargo, lo más probable es que aparezca un cínico dibujo, del yo, del colectivo, ya que todos intentamos solamente pasar los próximos meses y años.

Muchos trabajadores de oficina, que ahora trabajan desde casa, están experimentando síntomas físicos de mala postura y Síndrome del Túnel Carpiano.

Por lo tanto, algunos están estudiando la práctica de la somática, que es un enfoque terapéutico de encarnación, prestando atención a nuestra experiencia en el cuerpo, como camino hacia la salud psicológica.

Como tal, tiene mucho que recomendar. No obstante, también representa un dibujo dentro de uno mismo, similar al giro reflexivo de los años 70, después de que el estallido radical de los años 60 se agotara.

Esta respuesta individualista no aborda nuestros dilemas sociales o espirituales, sino que trata de adaptarnos a nuestros problemas domésticos.

Recuerda a la novela de Michel Houellebecq, “The incontinence of the void”, donde el estado final de la humanidad es el aislamiento, comunicándose solo a través de pantallas.

(Traducido por Iris María Gabás Blanco – irisbg7@gmail.com) – Fotos: Pixabay

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