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Llega el verano, llega la lucha de clases

El estallido de revoluciones de 1848 en toda Europa (Inglaterra y Rusia fueron excepciones notables) fue una continuación de la revolución francesa de 1789.

 

Sean Sheehan

1848 revolutions. Foto de Wikimedia Commons. Public Domain.

 

Esta vez, hubo un intento más radical, los derechos de propiedad que habían establecido anteriormente el dominio de la burguesía fueron rechazados. Las Jornadas de Junio en París proclamaron el sufragio universal.

Había una nueva clase recién llegada, el proletariado, que inauguró una nueva era: la lucha de clases.
No hay líderes conocidos de las Jornadas de Junio.

La revolución vino de abajo y su inspirador espíritu anarquista se recrea de manera emocionante y única en la novela de Sylvia Townsend: “Summer will show”.

Sophia Willoughby es una mujer adinerada, obediente, aunque tratada injustamente, cuyo marido mujeriego, Frederick, descuida a su familia por un romance con una mujer francesa, Minna Lemuel.

Después de la trágica muerte de sus dos hijos a causa de la viruela, Sophia viaja a París para intentar recuperar los pedazos de su vida de manos de su infiel marido.
En París, en medio del tumulto de la revolución de 1848, conoce a Minna, una judía bohemia que vive a duras penas como narradora profesional.

Sophia ha heredado un antisemitismo casual, un aspecto de su cultura y clase que la separa de Minna.

Pero escucharla hablar de un pogromo vivido de niña se convierte en un momento transformador para la altiva mujer inglesa: “Desde el momento en que oí tu voz, pensó… he estado bajo un hechizo extraordinario; me he precipitado, inquieta, desconcertada y decidida, de una locura a otra”.

Las Jornadas de Junio no son un mero trasfondo de la novela; son su esencia.
La vida de Sophia es derrocada emocional y políticamente por una artista revolucionaria, y los acontecimientos se desarrollan con estilo y humor.

Cuando la historia del pogromo de Minna llega a su fin en el momento en que el conserje dice: “Discúlpenme, damas y caballeros, pero la gente en la calle reclama los carros para sus barricadas”.

Minna debería de ser la rival de Sophia en un matrimonio dañado, pero mezclando lo homoerótico con lo político, se convierte sin embargo en su confidente y camarada.

La reorientación de los valores de Sophia es gradual pero profunda para una mujer para la que la revolución había significado ‘agitación y después gente que está peor que antes’.

Sus experiencias con Minna y con otros la introducen a otro modo de existencia: “Es como si estuviera escuchando música, capaz de sentir y seguir el funcionamiento de otro mundo”.

Las revoluciones de 1848 fueron reprimidas violentamente y la novela reconoce la realidad de la derrota. Sophia describe a los revolucionarios como “encaramados temporalmente como una gran familia desamparada durante la noche en una sala de espera; aunque la mañana nunca llegaría, ningún tren los llevaría a su destino”.

The Paris Author Jean Louis Maziers Flickr Creative Commons License https://www.flickr.com/photos/mazanto/27424194437

Pero el final del libro no es derrotista. El arte de contar historias de Minna es el arte de “Summer will show”. Así como el narrador profesional interpretado por Tom Hanks en “The news of the world” se convierte en el héroe de la narrativa representada en la película, la historia de las dos mujeres constituye la historia del libro de una conciencia revolucionaria.

En las páginas finales, Sophia ya no es una oyente, sino una lectora y una agente de cambio.

“Summer will show”, de Sylvia Townsend Warner es publicado por Penguin.

(Traducción de Lidia Pintos Medina)

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