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De Chile a Dubái, lucrativa ruta para traficantes de oro

Chile, aunque lejos de las minas ilegales del Amazonas, se ha convertido en un conveniente punto de salida para el oro ilegal en su tránsito hacia Dubai, un destino recurrente para este tipo de cargamentos.

 

Kai Bernier-Chen

 

A inicio de octubre fueron arrestados los líderes de tres clanes del llamado «Cartel del Oro» (los Farias, los Herrera y los Gonzalez) por contrabandear más de 500 kilos de oro de Chile a Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Además, las autoridades incautaron varias propiedades y vehículos, un velero, un apartamento y más de 500 millones de dólares en divisas.

De las 35 personas detenidas, solo seis han enfrentado cargos formales por asociación ilícita, contrabando, delitos fiscales y lavado de dinero, y las otras 29 fueron liberadas.

La ruta de Chile a Dubái ha sido explotada además por otros traficantes. El más famoso de ellos, Harold Elías Vilches Pizarro comenzó una operación de tráfico de oro bastante organizada y a gran escala en Chile en 2013, cuando tenía apenas 20 años. Uno de sus primeros contratos consistió en organizar la venta de casi tres toneladas de oro a un proveedor ubicado en Dubái a lo largo de 12 meses. Dicho contrato tenía un valor aproximado de más de US$100 millones, y Vilches Pizarro esperaba ganar unos US$6 millones. Para facilitar las exportaciones, Vilches Pizarro falsificó documentos para demostrar que su empresa podía suministrar las cantidades de oro requeridas por la compañía en Emiratos Árabes Unidos.

Aunque su empresa realizó siete envíos a Dubái, Vilches Pizarro solo cumplió con menos de la mitad del contrato. En 2014, la aduana peruana incautó un cargamento de oro en el aeropuerto de Arica, que iba con destino a Chile. Al no poder demostrar la legalidad del oro que estaba transportando, Vilches Pizarro fue arrestado en 2016.

Según las autoridades, cuatro de las compañías del joven empresario han traficado más de 1.800 kilos por un valor de US$80 millones, a menudo utilizando documentos falsos para ocultar el origen ilegal del oro. Si bien la mayoría de estos cargamentos se enviaron a Dubái, Vilches Pizarro también contaba con operaciones en Estados Unidos.

Análisis de InSight Crime

A pesar de la creciente censura internacional, Dubái se erige como el epicentro de las redes mundiales de tráfico ilegal de oro.

Según un informe de Carnegie Endowment for International Peace, el oro de contrabando sale y entra del país desde Asia, África y América Latina. Además, está asociado con el lavado de dinero mediante bienes raíces, comercio internacional y criptoactivos.

Oficialmente, Dubái exige que los comerciantes de oro cumplan con las normas internacionales relacionadas con el origen del mineral. Sin embargo, hay poca regulación al respecto, ya que no se requiere información sobre el origen del oro, lo que permite que se acepten importaciones de cualquier país, independientemente de las circunstancias de producción.

Chile, por su parte es un socio comercial ideal, dada su proximidad a Perú y Bolivia, de donde proviene gran parte del oro ilegal, y se ha convertido en un centro para las redes de tráfico de oro. El país ha respondido al fenómeno de diversas maneras. Sin embargo, las sentencias indulgentes para los traficantes no logran disuadir a los involucrados en el comercio del metal precioso.

El caso de Vilches Pizarro es un ejemplo de esto. Aparte de tener que devolver todo el dinero que obtuvo mediante sus operaciones, fue sentenciado a cinco años de arresto domiciliario con libertades bajo supervisión. Ninguno de los demás participantes en su organización fue sentenciado a penas de prisión.

Adicionalmente, las acciones del país para regular el comercio de oro han generado críticas de los productores legales. Según Kitco News, sitio de noticias de la industria minera, desde 2016 todos los importadores de oro, plata y platino deben presentar informes detallados sobre sus importaciones y las cantidades de productos de oro fabricados anualmente en el país exportador. Estos requisitos han resultado difíciles para los comerciantes. “Desde [diciembre de 2016], cuando se impusieron reglas más estrictas, no he podido importar nada, ni oro, ni plata ni platino. Las regulaciones afectan mucho mi negocio”, dijo un comerciante a Kitco News.

(Articulo publicado en InSight Crime) – Licencia Creative Commons

(Fotos: Pixabay)

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