Globo, Mundo, Reino Unido

“Matarife”: creatividad subversiva desde el exilio

Una tercera temporada de la serie “Matarife” se presentará en breve. En ella, nuevamente quedarán expuestos los intríngulis del poder y sus relaciones con narcotraficantes, paramilitares y políticos corruptos en Colombia.

 

Teresa Galindo y Miguel Angel Ferris

 

Su autor, hoy exiliado en Francia, Daniel Mendoza Leal, ha cambiado el rumbo de su peregrinaje internacional y grabará desde tierras suizas y españolas.

En su recámara prepara los objetivos informativos de los “falsos positivos”, el mortífero DAS, los sucesos insurreccionales de Cali y la represión al Paro Nacional en Colombia. En un escenario ya inminente de precampaña electoral, en donde el pueblo colombiano se juega su futuro al “todo o nada”, la fórmula de combate pacífico de éste ingenioso hidalgo de la Sabana de Bogotá, se nos ofrece de nuevo como un refuerzo desde la trinchera mediática, a las esperanzas de un cambio profundo en el país.

The Prisma habló con Daniel Mendoza  sobre la concepción   de esa “creatividad subversiva” y sobre los avatares de su producción desde su exilio europeo y a través del trabajo colaborativo virtual.

¿Podríamos pensar que el tono de hiperrealismo de “Matarife” contribuye a modificar la opinión pública de un país ya anestesiado por la violencia, por la desigualdad, por el narcotráfico, la corrupción y la violación de los derechos humanos?

En realidad, Matarife, más que una serie es eso, un arma de la subversión. Y yo no soy un productor de cine ni un director. ¿Que produje Matarife? Sí. ¿Que dirigí Matarife? Sí. ¿Que actué en Matarife? Sí. Pero yo ya dejé de ser un abogado, un criminólogo, yo ya dejé ser en realidad un periodista, yo soy un subversivo de la creatividad que, desde la bondad, desde la no-violencia, pretendo generar una serie de misiles que violentamente agredan a un sistema narco paramilitar y corrupto que existe en Colombia.

Con tantas fuentes e información, ¿es difícil elegir lo más relevante para poder hacer un capítulo o cómo se hace la selección?

Ese es un proceso de selección que se va edificando. Primero yo diagramo los guiones y después se escriben. Los guiones son literarios, que es la voz en off o técnico, que es una serie de microhistorias visuales que van incorporadas en el guion literario. Y  a partir de eso, un investigador y yo hacemos la investigación, escogemos el material y a partir de ese guion, le enviamos el material al director mexicano que dirigió la primera temporada y codirigió la segunda porque estaba en Los Ángeles, Ecuador y México en ese momento y no podía entrar a Europa porque estaban las restricciones del Covid.

Entonces me tocó a mí también aprender a dirigir y codirigimos entre los dos. Él desde allá, y yo desde acá (Francia). Entonces él es el que tiene una paleta de colores y de imágenes y hace el montaje en un estudio de Los Ángeles.

¿No es muy difícil realizar el documental a distancia?

La persona que me ayudó está en Colombia y hoy también está internet y se facilita mucho más. Eso es bueno y malo. Estar en el exilio hoy en día tiene cosas buenas, porque uno puede seguir acá ‘disparando’ e hiriendo al gobierno desde la pantalla, como digo, siempre desde la bondad, el amor, con la creatividad.

Antes no había la posibilidad. Pero también es muy duro, porque yo estoy existiendo acá, pero vivo en Colombia.

Entonces estoy caminando acá, pero yo me acuesto todos los días a las 5 o 6 de la mañana en reuniones con Colombia, entonces esa ruptura genera un mareo existencial y emocional muy grande.

Porque si yo hubiera llegado y no hubiera internet y no hubiera redes sociales pues perfeccionaría mi francés y me metería a estudiar a una universidad. Viviría más donde existo, pero hoy en día, existo donde no vivo y eso es muy duro.

Ante esta guerra de dimensiones bíblicas, ¿cree que el bien ganará al mal?

Sí. Y creo que ustedes (los extranjeros, los que no viven en Colombia) nos van a tener que ayudar. El mundo entero es el que salva a Colombia del mal. Colombia está dominada por una persona, por un narcotraficante, por un paramilitar que es Álvaro Uribe Vélez. Tiene un celular con el que llama al presidente, a los ministros, al fiscal, a todas las instituciones y les da órdenes, y con otro celular llama al cartel de Sinaloa, llama a la Oficina de Envigado, llama a las Águilas Negras, al Cartel del Golfo o a los que los llaman a ellos. Él es el dueño de la luz y de la oscuridad.

Allá todo es complicado. La gente está resistiendo, la sociedad está resistiendo, los jóvenes están resistiendo, pero yo sí necesito y Colombia necesita que el mundo la salve de las sombras.

Usted ha mencionado que para derrotar el vandalismo institucionalizado en Colombia por los últimos gobiernos es necesario tomar las armas de la subversión creativa. ¿Cree que es la estrategia adecuada para lograr la tan ansiada paz del país? 

La subversión creativa es una respuesta de lucha y de acción bélica revolucionaria desde el terreno de la paz y de la no violencia. Sin embargo, su finalidad es herir de muerte al sistema narco paramilitar colombiano a través de armas que hoy en día no son utópicas como las redes sociales, las tecnologías de la información, los celulares, y los mecanismos que hacen fluir la información.

La estrategia es que las acciones de lucha dentro de estos canales se hagan con las balas de la creatividad para golpear al sistema y herirlo, fracturarlo y descomponerlo en sus puntos neurálgicos. No se trata de acciones físicas o de armamento que hiera físicamente a las personas, sino que son propuestas y municiones ideológicas que deben ser desarrolladas a través de la creatividad que involucre factores artísticos como la literatura, la música, las propuestas audiovisuales y a través de estos logremos llegar a las fibras humanas de los individuos.

Se trata no solamente de transmitir información y conceptos desde el punto de vista racional, sino también llegar al inconsciente colectivo, para que los agentes sociales se llenen de sentimientos de indignación, de rabia, incluso de dolor y también de esperanza para poder cambiar las cosas y transformar la sociedad colombiana en una sociedad más justa y más equitativa.

¿Cree que su trabajo puede contribuir al cambio político en las próximas elecciones de Colombia?

Gracias a estos proyectiles bélicos provenientes del amor, la bondad y la no violencia, la sociedad ya sabe que la elección es entre la vida y la muerte, y el pueblo no se quiere suicidar.

(Fotos suministradas, y autorizadas para su publicación, por Daniel Mendoza Leal)

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