En Foco, Opinión

Policía: el ‘alma’ de las ciudades

La vida cotidiana obligaba al hombre primitivo a defenderse de las amenazas del entorno, por lo cual empezó a planear, crear y aplicar este concepto, hasta convertir en hecho, en ente.

 

Silvio González

 

La primera policía institucionalizada que apareció en el mundo moderno surgió en el Reino Unido, y adoptó el nombre de London Metropolitan Police, más conocida como Scotland Yard.

Pero el concepto como tal, tiene su origen durante el Imperio Romano, donde era desarrollado por los ediles, quienes realizaban funciones de orden público, distribución de alimentos, vigilancia de pesos en los mercados y de solución a pleitos menores. Esta actividad la desarrollaban bajo la vigilancia de los pretores, que en ese tiempo eran los verdaderos administradores de justicia. El filosofo griego Platón definió a la Policía «como la vida, el reglamento y la ley por excelencia, que mantiene a la ciudad».

Aristóteles, su discípulo, la consideró también como «el buen orden y el sostén de la vida del pueblo, que es el primero y más grande de todos los bienes».

Para el igualmente filosofo griego Sócrates, la Policía «es el alma de la ciudad, opera en ella los mismos efectos que el entendimiento en el hombre y es la que piensa en todo, regula, procura los bienes a los ciudadanos, y aleja de la sociedad los males y las calamidades de temer».

Imperio incaico

Serían los Incas quienes, con su asombrosa organización social, darían pie a perfilar con mayor nitidez y especificidad a quienes iban a ejercer la función policial.

Ellos desarrollaron un estricto sistema de control social que empezaba en el Puric o padre de familia y terminaba en el Curaca o señor local.

Este estaba sujeto al control de los Apunchic o Cápac Apo, quienes eran los gobernadores regionales, y estos a su vez a la vigilancia y fiscalización de los Tucuyricuy, lo cual quiere decir «los que todo lo ven y oyen». Esos agentes cuidaban el orden y el cumplimiento de las normas de conducta social para garantizar una convivencia a base de la reciprocidad, con miras a obtener una buena cosecha, a fin de redistribuirla socialmente.

Contaba para ello con los Michos o auxiliares, que actuaban como consejeros, inspectores y hasta de investigadores.

Los agentes ejecutores de la justicia, el Cápac Apo Uatac o Alcalde de la Corte, cuya función policial era dirigida hacia la elite incaica, tenía como insignia la mascapaycha del Inca, que era la borla o insignia imperial.

Para aprehender a los plebeyos estaban el Uatac camayoc o Alguacil mayor y el Chacnay Camayoc o Alguacil menor.

El Inca, encumbrado como nexo entre los dioses y los hombres, era el principio ordenador del mundo, de ahí que fuera el vértice de este sistema de control policial, el cual se aplicaba con rigor en base a principios morales y éticos, así como también a toda una parafernalia religiosa, destinada a subrayar la importancia de convivir en armonía, trabajar con eficiencia y acatar las leyes con sumisión.

Ese era en esencia el concepto de orden público incaico y a su mantenimiento contribuían estos agentes estatales, los que respondían con sus vidas ante el deber sagrado.

Otros cuerpos

En los principios del siglo V, los nobles eran los responsables de mantener el orden feudal en sus tierras y a veces designaban a un alguacil, en algunos casos sin sueldo, para que se encargase de hacer cumplir la ley localmente.

En 1476 se instituyó en Castilla el primer cuerpo policial de Europa, denominado la Santa Hermandad, una especie de policía nacional castellana que funcionó como tal hasta 1834, según el hispanista Hugh Thomas en su libro “El Imperio Español: de Colón a Magallanes”.

En 1663, el gobierno londinense contrató a serenos a sueldo para resguardar sus calles por las noches, lo cual aumentaba la seguridad que ya brindaban los no remunerados alguaciles.

La primera policía institucionalizada que apareció en el mundo moderno surgió en el Reino Unido, como un desprendimiento del ejército, y adoptó el nombre de London Metropolitan Police, más conocida por el nombre de la calle donde originalmente instaló su primer cuartel general, Scotland Yard.

En Estados Unidos, las primeras fuerzas policiales fueron el Departamento de Policía de Boston, fundado por Joseph Osier en 1839, y el de Nueva York, en 1845.

El investigador argentino Daniel Herrendorf afirma que la verdadera necesidad de crear un cuerpo de policías nació con la aparición de los primeros estados nacionales y con el vertiginoso crecimiento de las ciudades y del comercio.

Pero fue el nacimiento de un actor social, el mercader, y los nuevos sistemas de cambio, los que propiciaron la aparición de funcionarios asalariados para velar permanentemente por la ley y el orden en sus respectivas demarcaciones. (PL)

(Fotos: Pixabay)

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