Globo, Latinoamerica, Reino Unido

El progresismo rediseña a Latinoamérica

El objetivo de su triunfo en las urnas no fue “ganar elecciones”. Fue y es realizar cambios profundos en los países donde ganaron. Su objetivo es enfrentar con creatividad al neoliberalismo, a la privatización, al neocolonialismo racista, al patriarcado y al ecocidio.

 

Ollantay Itzamná*

 

En algunos países como Guatemala, algunos actores de la izquierda tradicional comienzan a asumir el “imperativo” político electoral: de “¡Ahora es cuando! ¡Es nuestro turno!”, entusiasmados por los triunfos electorales de tendencias progresistas en el continente.

Pero los resultados no fueron fruto de la articulación de partidos políticos, ni producto únicamente de campañas electoralistas.  Fueron largos procesos de organización, movilización, formación.

Los últimos resultados electorales en Colombia, Honduras, México, Chile, Bolivia, por mencionar algunos países donde el “progresismo” triunfa en las urnas, fueron el resultado de un largo y persistente trabajo de organización, concientización, formación, movilización y articulación política en el campo y en las ciudades.

Lo electoral fue el resultado de ese esfuerzo de la construcción de la fuerza, del sujeto sociopolítico.

Por tanto, es iluso pensar que “realizando alianzas electoralistas” bajo la premura de las próximas elecciones generales se obtendrán óptimos resultados. Nadie cosecha lo que no siembra, dice el adagio. Y los campesinos decimos: quien cosecha lo que no siembra, roba.

A Chile, Bolivia, México, Colombia, Honduras, les llevó más de una década de trabajo organizativo, formativo, de articulación en las calles, en las asambleas, en el campo y en las ciudades.

No fue producto de la alianza electoralista de partidos políticos únicamente.

En ningún caso las fuerzas progresistas triunfaron sólo y únicamente con la alianza o articulación entre los partidos políticos.

Es más, en casos como Chile, Honduras, México, Colombia, los partidos políticos de izquierda se acercaron y articularon con movimientos sociales (campesinos, mujeres, jóvenes, indígenas, trabajadores, etc.) antes que con los otros partidos de izquierda.

En el caso de Honduras, el triunfo del partido Libertad y Refundación LIBRE  estuvo ligado al legado y a la fuerza social del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP). Tampoco se puede entender el triunfo del Movimiento al Socialismo (MAS IPSP), sin los movimientos sociales matrices que lo sustentan. O el caso de Pedro Castillo, en Perú, sin la fuerza de las rondas campesinas y magisteriales del país.

No buscan ganar elecciones como fin último.

El objetivo de estas fuerzas progresistas que triunfaron en las urnas no fue “ganar elecciones”. El objetivo fue y es realizar cambios profundos en dichos países. La apuesta es hacerle frente con creatividad al neoliberalismo privatizador, al imperialismo eco fascista, al neocolonialismo externo e interno racista, al patriarcado y al ecocidio.

De allí proviene la apuesta por procesos de asambleas constituyentes plurinacionales como el único camino en algunos de estos casos, o la propuesta de la construcción de estados plurinacionales.

En todos los casos, la necesidad de la articulación sociopolítica, aparte de ser constante, fue y es un mandato de las comunidades, pueblos, colectivos, movimientos… fastidiados por los impactos del pandémico sistema neoliberal.

En este sentido, esa apuesta de articulación provino de abajo hacia arriba, de la periferia hacia el centro, del campo hacia las ciudades. No fue una iniciativa o capricho de la envejecida “vanguardia revolucionaria” en las ciudades capitales de las repúblicas racistas, desarrollistas y machistas.

En Guatemala se necesitan alianzas sociopolíticas que permitan avanzar hacia la construcción del Estado plurinacional y así poder reconstruir una vida digna para todos los pueblos. En ese proceso están los guatemaltecos desde hace algunos años atrás.

Desde las comunidades y pueblos organizados en resistencia frente a la inclemencia neoliberal el objetivo es claro: “No buscamos ‘recuperar’ este Estado criollo genocida y corrupto. Buscamos construir un Estado plurinacional donde quepamos todas y todos, incluida nuestra Madre tierra. Sólo así avanzaremos hacia el ‘Buen Vivir’.”

Y la metodología política es el proceso de la Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional.

“Construimos una fuerza sociopolítica, con su propio instrumento político (que no funciona como partido, ni obedece a su secretario general), para recuperar todos los bienes comunes privatizados, acelerar el proceso constituyente plurinacional con el objetivo de crear un Estado plurinacional”.

(Fotos: Pixabay)

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