En menos de 48 horas, Alepo se convirtió en otra ciudad; sus calles se llenaron de terroristas. Y los pobladores tienen dos alternativas: o morir a manos de los terroristas o someterse a su ideología radical.
Fady Marouf
Son terroristas armados hasta los dientes. Muchos hablan otro idioma ya que son mercenarios uzbekos, tayikos, afganos, chinos uigures, turcos y de otras nacionalidades.
Alepo, una de las 10 ciudades más antiguas del mundo y declarada patrimonio de la humanidad, pasó de la noche a la mañana y tras más de 13 años de resistencia, al dominio de grupos terroristas con ideología extremista. Los dos millones de habitantes de esta urbe viven hoy en un verdadero estado de terror y pánico, porque no comprenden cómo su ciudad cayó en manos de los que califican los “bárbaros del siglo”.
Algunos pobladores cuentan a Prensa Latina vía telefónica la pesadilla diaria que viven. Se sienten extraños en su propia ciudad.
Un residente, con condición de anonimato por temor a acciones de represalia de los radicales, dice que es muy difícil sentirse ajeno y extraño en la propia ciudad donde nació y creció.
Explica que la gente no se atreve a salir de sus casas por temor a los terroristas que van por las calles y gritan consignas sectarias y otras contra el gobierno, y que amenazan a los empleados y las minorías religiosas.
Chocantes imágenes desde Alepo publicadas por los propios armados muestran a un terrorista derribando un árbol de Navidad en uno de los barrios cristianos. Ello evidencia de que no respetan otras confesiones ni tienen los más mínimos valores de tolerancia.
El residente cuenta que “El árbol de Navidad simboliza la vida eterna, la luz, la esperanza, la renovación y la alegría, de las que Alepo gozó durante muchos años, pero estos invasores odian cualquier manifestación de vida, fe y creencia diferente”.
Otro vídeo muestra a los extremistas recorriendo los departamentos del hospital docente de Alepo, donde interrogan a los médicos y enfermos para saber cuáles son sus tendencias y creencias religiosas.
Aún no hay explicación clara sobre el colapso del ejército sirio y su abandono de la ciudad, aunque algunos militares aseguran a la prensa que se vieron obligados a hacer un repliegue táctico ante la presión del ataque de miles de terroristas. Nos hemos visto obligados a tomar esta medida dolorosa para evitar que Alepo sea escenario de combates y ocasionar destrucción y muertos, afirmaron los uniformados.
Es difícil que los alepinos entiendan lo del repliegue militar, pero mantienen la esperanza de que el ejército sirio vuelva a liberarlo del yugo del terrorismo, dijo otro residente de la ciudad, que tuvo que salir antes de la entrada de los armados.
Oficiales del ejército sirio dicen que las agrupaciones extremistas disponen de armas modernas, información de inteligencia, drones y apoyo directo por parte de Turkiye, Qatar, Ucrania, Estados Unidos e Israel.
De acuerdo con el Ministerio de Defensa de Siria, las tropas de Damasco terminaron de reorganizar sus filas y establecieron una línea de defensa a lo largo de casi 250 kilómetros, y comenzaron una contraofensiva en la que se pretende retomar el control de las localidades de manera gradual.
La televisión estatal aseguró que, con el apoyo de la aviación táctica rusa, los militares eliminaron a unos mil 500 terroristas en Idlib, Hama y Alepo. A diferencia de los primeros años de guerra cuando todos los gobiernos árabes estuvieron en contra de Damasco en su enfrentamiento a los grupos irregulares, Siria hoy recibe muestras de solidaridad y apoyo en su lucha antiterrorista de casi todos esos países.
El presidente sirio, Bashar Al-Assad ha dicho que el objetivo de la actual escalada terrorista es redibujar el mapa de la región de acuerdo con los intereses y objetivos de Estados Unidos y Occidente. PL
(Fotos: Pixabay)